Tartas de queso: conoce todos los tipos que existen.

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Las tartas de queso son uno de esos postres que, con solo mencionarlos, despiertan los sentidos y el apetito.

Las hay cremosas, suaves, con un toque ácido o dulzón ¡de muchas formas! Y es que, sin lugar a dudas las tartas de queso han conquistado paladares en todo el mundo y, por ello a lo largo de los años, se han desarrollado en una gran variedad de versiones.

Hoy día podrás encontrar recetas muy variadas que engloban desde la clásica tarta de queso americana, hasta la innovadora tarta de queso japonesa; quédate a conocerlas todas.

  • La tarta de queso americana.

Como hemos mencionado, si hay una tarta de queso que es sinónimo de elegancia y tradición, esa es la tarta de queso americana (o New York “cheesecake”). Es conocida por su textura densa y cremosa, con un sabor rico y suave que proviene de la combinación de queso crema, azúcar, huevos y, en algunos casos, crema agria.

¿Qué la hace tan especial? ¡Su simplicidad! A pesar de no suponer una tarta muy elaborada, su ingrediente principal, el queso, la hace destacar como la que más, sin necesidad de añadidos ni coberturas.

La base, generalmente hecha de galletas Graham trituradas, mantequilla y un poco de azúcar, complementa a la perfección el relleno suave. Se hornea a baja temperatura y, a menudo, se deja enfriar lentamente dentro del horno para evitar que se agriete. Y si quieres un toque extra, no olvides añadir mermelada de frambuesa o de fresa.

  • Tarta de queso al horno.

La tarta de queso al horno es el equivalente español a la tarta de queso americana, pero con su propio carácter y sabor, ya que se caracteriza por ser más ligera y menos densa que su contraparte neoyorquina.

En España, la receta varía dependiendo de la zona, pero generalmente se elabora con queso fresco, huevos, azúcar y nata, lo que le aporta una textura esponjosa y un sabor suave y delicado.

Una de las versiones más conocidas es la tarta de queso vasca, también llamada «tarta de queso quemada”, la cual se diferencia por tener un aspecto exterior ligeramente quemado y por su interior cremoso que casi se deshace en la boca. Se hornea a alta temperatura, lo que crea una costra dorada y un centro que se mantiene jugoso y cremoso.

Al igual que la tarta de queso americana, ésta se trata de un postre que no necesita más adornos ¡ya que su sabor y textura hablan por sí solos!

  • Tarta de queso fría.

Para aquellos que prefieren un postre más ligero y fresco, la tarta de queso fría suele ser la mejor opción. Como su propio nombre indica, no necesita horno, ya que se cuaja en la nevera. La base suele estar hecha de galletas trituradas y mantequilla, similar a la americana, pero con un relleno más suave y aireado.

Dicho relleno se elabora generalmente con queso crema, nata montada y gelatina, lo que le da una textura suave y firme al mismo tiempo.

Este tipo de tarta es muy combinable con otros añadidos, ya que se integra bien añadiendo frutas frescas, mermeladas o incluso chocolate ¡y, además, es perfecta para el verano!

  • Tarta de queso japonesa.

La tarta de queso japonesa, conocida también como «cotton cheesecake» o «Japanese souffle cheesecake«, es una verdadera delicia para aquellos que buscan una tarta suave como una nube, ya que se distingue por tener una textura extremadamente esponjosa y ligera, la cual se logra batiendo claras de huevo a punto de nieve y mezclándolas con la masa.

El resultado es una tarta que prácticamente se derrite en la boca, con un sabor suave y no demasiado dulce. La tarta de queso japonesa es menos densa que las tartas de queso occidentales, y a menudo se acompaña con un toque de azúcar glas espolvoreado por encima. Sin lugar a dudas, este es un postre que se ha vuelto popular en todo el mundo por su ligereza y su particular textura, que lo hace diferente a cualquier otra tarta de queso.

  • Tarta de queso con arándanos.

La tarta de queso con arándanos es una perfecta combinación de cremosidad y frescura, según argumenta El Cid Delicatessen especialistas en tartas ¡y no se equivoca!

Está hecha a partir de una base de galletas trituradas, sobre la que se coloca un relleno suave de queso crema. Más tarde, los arándanos pueden incorporarse de varias formas: mezclados en el relleno, como una capa superior de fruta fresca o en forma de mermelada.

Sin duda, el contraste de colores entre el blanco del queso y el llamativo color púrpura de los arándanos, junto con la mezcla de sabores dulces y ácidos, hacen que esta tarta sea tanto visualmente atractiva como deliciosamente equilibrada (y, además, es una opción perfecta para aquellos que disfrutan de postres que combinan la riqueza del queso con la frescura de la fruta).

  • Tarta de queso y limón.

Para aquellos que adoran los sabores frescos y ácidos, la tarta de queso y limón es la opción más adecuada; esta tarta combina la cremosidad del queso con el sabor refrescante del limón, creando un postre equilibrado y delicioso. La base suele ser de galletas trituradas, como en muchas otras tartas de queso, pero a diferencia de las demás, el relleno está compuesto por ralladura y zumo de limón, lo cual le da un toque cítrico inconfundible.

Este postre puede elaborarse tanto al horno como en su versión fría, dependiendo de la preferencia del cocinero: en ambas versiones, el resultado es una tarta suave y refrescante, ideal para terminar una comida con un toque ligero y ácido.

  • Tarta de queso vegana.

Con el aumento de las dietas veganas y las opciones sin productos de origen animal, la tarta de queso vegana ha ganado mucha popularidad en los últimos años. A diferencia de las tartas tradicionales que utilizan otros ingredientes, las versiones veganas suelen utilizar alternativas como el tofu, el anacardo o las almendras para crear un relleno cremoso.

El anacardo es una de las bases más comunes, ya que cuando se mezcla con un poco de leche vegetal y endulzante, adquiere una textura cremosa y suave. Para darle cuerpo, se puede usar aceite de coco o agar-agar, un gelificante natural. El resultado es una tarta deliciosa y apta para todos, que no tiene nada que envidiar a las versiones tradicionales.

  • Tarta de queso y calabaza.

La tarta de queso y calabaza es un postre que combina dos sabores reconfortantes: el queso y la calabaza. Este tipo de tarta es especialmente popular en otoño, cuando la calabaza está en su mejor momento. La receta suele incluir puré de calabaza, queso crema, especias como canela, nuez moscada y jengibre, y una base de galletas de jengibre o especiadas.

El resultado es una tarta de queso con un color anaranjado suave y un sabor cálido y especiado, perfecto para las tardes frescas de otoño. Además, esta receta se ha vuelto cada vez más popular en países como Estados Unidos, en los que se asocia con las famosas festividades del día de “Acción de gracias”.

  • Tarta de queso con frutas del bosque.

Para aquellos que buscan un contraste entre la cremosidad de la tarta de queso y el sabor intenso de las frutas, la tarta de queso con frutas del bosque es la elección perfecta; puede prepararse tanto en su versión fría como al horno, pero siempre incluye una generosa capa de frutas como fresas, frambuesas, moras o arándanos. Las frutas pueden incluirse frescas, en forma de mermelada o incluso como una salsa espesa.

Algo que destaca sin duda es el contraste entre el dulzor de la tarta y la acidez de las frutas, que además crea un postre equilibrado lleno de sabor.

  • Tarta de queso con caramelo salado.

El caramelo salado ha sido una tendencia en la pastelería moderna, y la tarta de queso no se ha quedado atrás. La mezcla de la cremosidad de la tarta de queso con la intensidad del caramelo y un toque de sal crea un postre sofisticado y adictivo que a todos encantan.

Como el resto de tartas de queso, se elabora con una base de galletas, un relleno de queso crema tradicional, y se cubre con una capa generosa de caramelo salado. La sal resalta el sabor del caramelo y equilibra la dulzura de la tarta, haciendo de este postre una opción ideal para aquellos que buscan algo diferente y refinado.

  • Tarta de queso estilo oreo.

Por último (pero no menos importante) hablamos de una tarta que encanta a los amantes del chocolate ¡y las oreos! La tarta de queso de oreo puedes hacerla con la base de galletas oreo trituradas, y el relleno puede incluir trozos de Oreo mezclados con el queso crema. Además, se puede decorar con más galletas por encima, logrando que esta tarta se convierta en un postre divertido y delicioso. Es perfecta para celebraciones o para darse un capricho ¡créeme! Y también puedes encontrarla lista para hacer en los supermercados.

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