Con la llegada del frío invierno, es normal que queremos mantenernos abrigados para no pasar frío, que queramos cuidar nuestra piel del aire seco e, incluso, que intentemos evitar los resfriados. Pero hay algo que muy pocos saben que puede verse perjudicado en invierno: ¡nuestros dientes! Sí, el frío puede impactar la salud dental, sobre todo si tienes empastes.
Los cambios bruscos de temperatura, como pasar del calor de una bebida caliente al aire helado de la calle, pueden afectar directamente a los materiales de los empastes y la estructura de tus dientes. Quizá nunca lo habías pensado, pero esto puede provocar daños serios en tus empastes con el tiempo. Y, si no prestamos atención, podría derivar en problemas más serios, como fisuras o sensibilidad dental. Este invierno, además de abrigarte y protegerte del frío, piensa también en cuidar tu boca. Es mucho más fácil prevenir que solucionar un problema más adelante.
¿Te gustaría saber cómo mantener tus empastes en buen estado y tu sonrisa sana durante los meses fríos? Sigue leyendo, porque aquí te lo cuento todo.
¿Cómo afecta el frío a los empastes dentales?
El frío puede tener un impacto directo y muy significativo en los empastes dentales, aunque no lo notes en el acto. Durante los meses más fríos, los dientes y los materiales de los empastes se enfrentan condiciones que pueden llevar a problemas a corto y largo plazo.
A continuación, te explico los principales factores que influyen:
Contracción y expansión de los materiales
Los empastes dentales suelen estar hechos de materiales como amalgama, resinas compuestas o porcelana (que, por cierto, dejarán de usarse en el 2025). Estos materiales reaccionan a los cambios de temperatura. Con el frío pueden contraerse, y con el calor, expandirse. Este ciclo repetido puede generar pequeñas fisuras o grietas que no siempre son visibles a simple vista.
Estas microfisuras pueden debilitar la estructura del empaste y, con el tiempo, dejar el diente expuesto a nuevos daños. Imagínate el desgaste que se acumula tras varios inviernos sin atender estos pequeños problemas. Además, si el material no está bien adherido al diente, el riesgo de desprendimiento aumenta.
Aumento de la sensibilidad dental
¿Alguna vez has sentido un dolor agudo al beber algo muy frío o al exponerte al aire helado?
Esa sensación puede intensificarse si tienes empastes, sobre todo si no están bien sellados. Los cambios de temperatura afectan al diente y al material del empaste, lo que puede crear pequeñas separaciones entre ambos. Estas separaciones exponen los nervios del diente a los estímulos externos, causando esa incomodidad tan molesta.
También puede suceder que un empaste antiguo o desgastado no proteja completamente el diente, lo que permite que las variaciones térmicas afecten directamente a la dentina y a los tejidos internos.
Desprendimiento o filtraciones
Las microfisuras que se forman con el frío debilitan el empaste y permiten la entrada de bacterias y restos de alimentos. Este proceso, conocido como filtración, puede provocar caries secundarias, infecciones e incluso la necesidad de reemplazar el empaste por completo.
Un empaste desprendido o mal ajustado también deja expuestas las zonas más vulnerables del diente. Sin la protección adecuada, el tejido dental puede deteriorarse rápidamente. Por eso, es crucial identificar estos problemas a tiempo, preferiblemente antes de que el invierno cause estragos mayores.
Razones para realizar una revisión de empastes en invierno
Es probable que pienses: “Bueno, si no me duele, no debería preocuparme, ¿verdad?”.
Pero esta idea es peligrosa, porque, aunque no te duele en el momento, los daños en los empastes pueden desarrollarse sin que te des ni cuenta. Por eso, realizar una revisión dental en invierno es una medida preventiva muy importante.
Aquí te explico por qué:
Identificar desgastes o fisuras en los empastes
Una revisión permite examinar detalladamente tus empastes y detectar cualquier signo de desgaste, fisuras o desprendimientos. Muchas veces, estos problemas no son visibles ni se sienten al principio, pero pueden empeorar muy deprisa si no se atienden a tiempo.
Detectar estas grietas o fisuras temprano puede evitarte problemas mayores en el futuro. Una revisión es como una inspección de rutina para tus dientes: te asegura que todo está en buen estado antes de que aparezcan complicaciones.
Prevenir caries secundarias o infecciones
Como mencioné antes, las microfisuras en los empastes pueden permitir la entrada de bacterias. Una vez que las bacterias penetran, comienzan a atacar el diente desde dentro, formando caries secundarias. Estas son más difíciles de tratar porque suelen estar ocultas bajo el empaste.
La acumulación de bacterias también puede llevar a infecciones graves, como abscesos dentales. Estas infecciones no solo son dolorosas, sino que también pueden requerir tratamientos invasivos, como endodoncias o extracciones.
Por eso, prevenir es siempre mejor que curar.
Asegurar que el empaste siga cumpliendo su función protectora
El principal objetivo de un empaste es proteger el diente dañado. Si el empaste pierde su integridad, deja de cumplir esa función, exponiendo el diente a más daños. Una revisión dental asegura que cada empaste esté cumpliendo su papel correctamente.
Tu dentista puede recomendarte reparar o reemplazar un empaste defectuoso antes de que el problema avance.
Este pequeño paso puede ahorrarte mucho tiempo, dinero y molestias en el futuro.
Evitar tratamientos más costosos y complejos en el futuro
Reparar una pequeña fisura es mucho más sencillo y económico que tratar una caries avanzada, una infección o una pérdida dental. Si haces revisiones regulares, puedes evitar tratamientos complejos, como coronas, endodoncias o incluso implantes.
Y, sí, aunque los tratamientos dentales modernos son efectivos, siempre es mejor evitar llegar a ese punto.
Consejos para cuidar tus empastes durante el invierno
Ahora que sabes cómo y por qué el frío puede afectar tus empastes, ¿Qué puedes hacer para protegerlos? No te preocupes, aquí tienes algunos consejos prácticos y sencillos que puedes aplicar desde hoy:
Evita cambios bruscos de temperatura en tus alimentos y bebidas
Quizá te encante disfrutar de un café caliente en la mañana y luego un vaso de agua helada después de almorzar, pero esto puede ser perjudicial para tus dientes. Los cambios bruscos de temperatura provocan contracciones y expansiones rápidas en los materiales de los empastes, lo que aumenta el riesgo de fisuras.
Intenta consumir alimentos y bebidas a temperaturas más moderadas. Por ejemplo, si tomas algo caliente, evita inmediatamente algo muy frío. Este simple ajuste puede marcar una gran diferencia.
Usa una pasta dental para dientes sensibles
Si ya has notado sensibilidad en tus dientes, cambiar a una pasta dental para dientes sensibles puede ser de gran ayuda. Estas pastas contienen ingredientes que ayudan a reducir la sensibilidad al frío y al calor, protegiendo las zonas expuestas de tus dientes.
Asegúrate de cepillarte suavemente, ya que un cepillado agresivo puede empeorar la sensibilidad. Combina este cuidado con un enjuague bucal adecuado para fortalecer el esmalte y prevenir problemas mayores.
Consulta a tu dentista si sientes molestias o sensibilidad persistente
Si experimentas molestias o sensibilidad que no desaparecen, no lo dejes pasar. Estos síntomas pueden ser una señal de que algo no está bien con tus empastes o tus dientes en general. Una visita al dentista te ayudará a identificar el problema y solucionarlo antes de que empeore.
No esperes a que el dolor se vuelva insoportable o a que un empaste se desprenda por completo. Recuerda que actuar a tiempo siempre es la mejor opción.
Consejos de una clínica dental especializada
Según expertos de la clínica Quintana 1 Dental, el invierno puede representar un reto muy poderoso para la salud dental, sobre todo en personas que usan empastes dentales.
Entre sus principales recomendaciones, destacan la importancia de realizar revisiones dentales regulares, al menos una vez al año. Esto permite detectar cualquier problema antes de que se convierta en una urgencia.
Además, señalan que es fundamental proteger los dientes de los cambios bruscos de temperatura. Si normalmente alternas bebidas calientes y frías, deja de hacerlo o espera unos minutos entre cada una. Esto cambio puede reducir el riesgo de fisuras y sensibilidad.
Los especialistas también aconsejan invertir en productos de cuidado dental de calidad, como pastas dentales con fluoruro y enjuagues bucales fortalecedores del esmalte. Mantener una rutina de higiene adecuada es clave para prevenir problemas mayores durante los meses fríos. Si sientes molestias o tienes dudas, recomiendan acudir al dentista de inmediato para recibir atención personalizada y garantizar una sonrisa saludable.
Ahora, unas últimas cuestiones para que reflexiones
Dime, ¿Cuándo fue la última vez que revisaste tus empastes? No tus caries, sino los empastes que ya tenías puesto. Si no lo recuerdas, nunca lo has hecho o ha pasado mucho tiempo desde la última vez que lo hiciste, quizá este sea el momento perfecto para programar una cita con tu dentista de confianza y hacerlo. Una simple revisión puede prevenir complicaciones mayores y garantizar que tus empastes sigan cumpliendo su función.
No se trata solo de evitar problemas, sino de mantener tu sonrisa y tu salud general en las mejores condiciones posibles. Tu salud dental te lo agradecerá y tu tranquilidad también.
¡No permitas que el invierno te robe la tranquilidad de una sonrisa sana, fuerte y bien cuidada!