Este es un problema que se nos presenta a todos. Te comentamos en este artículo las diferentes opciones que tienes. Sus pros y sus contras. Léelo hasta el final. Es probable que aprendas cosas que desconocías y que adquieras información que puede serte útil en un momento determinado.
El dilema de dónde dejar las maletas nos aparece, normalmente, cuando hemos agotado nuestra estancia en el hotel, pero no cogemos el transporte de vuelta a casa hasta unas horas más tarde. Lo solemos hacer así para aprovechar más tiempo en el lugar de destino. Visitar algunos sitios de interés que se nos han quedado pendientes o hacer las últimas compras. La verdad es que es un incordio caminar todo el día con las maletas a cuestas. ¿Qué hacemos en este caso? Tal vez pienses que tienes la respuesta. Pero, ¿es la adecuada?
Otra situación habitual es cuando estamos paseando por una zona comercial y no queremos regresar al hotel hasta la noche. Queríamos dar una vuelta para conocer el ambiente y sin darnos cuenta nos hemos cargado de bolsas. No nos hemos podido resistir al embrujo de ese vestido que hemos visto en un escaparate. Nos hemos percatado que aquí las toallas son más baratas que donde vivimos, no podíamos dejar escapar la ocasión. Hemos visto una figurita preciosa para regalársela a nuestra madre. La excursión, en cierto modo, se nos ha ido de las manos. Tenemos una visita al museo programada para las cuatro de la tarde y no vamos a ir cargados con bolsas de la compra. Debemos dejarlas en algún sitio.
Seguro que se te ocurre otra situación que has vivido o que le ha pasado a algún conocido. Te presentamos las opciones que tienes para dejar el equipaje a buen recaudo.
El hotel no se hace responsable del equipaje.
La opción más cómoda que solemos utilizar es pedir en el hotel donde nos hemos alojado que nos guarden las maletas durante unas horas. Lo hacemos cuando hemos entregado las llaves y hemos liquidado la cuenta.
Debes saber que el hotel no se hace responsable de tus pertenencias. Si te las recoge es para hacerte un favor o como un gesto para que valores regresar en un futuro. Tu relación comercial con el hotel concluye en el momento en que entregas las llaves. Por lo que si optas por esta solución puedes sufrir desafortunadas consecuencias difíciles de reclamar.
El periódico El Confidencial relata el caso de un matrimonio inglés que perdió todo su equipaje en un hotel de Turquía. A las 12 del mediodía debían abandonar el hotel, pero no tenían programado el vuelo de regreso a Londres hasta la noche. Como habían hecho en otras ocasiones, dejaron las maletas en recepción, previa petición de guarda el recepcionista. Se dispusieron entonces a disfrutar su último día de vacaciones sin preocupaciones.
Cuando llegaron al hotel resulta que sus maletas no aparecían por ningún lado. La pareja empezó a ponerse nerviosa. Poul, el marido, pensó que el seguro de viaje cubriría el incidente. Regresarían a Londres sin equipaje, pero cargados de dinero para reponer los enseres perdidos. Tal fue su sorpresa cuando descubrió que el seguro no cubría la contingencia de hurto. Sí, la de robo con violencia e intimidación, pero no eran esas circunstancias en las que perdieron sus maletas.
Anne, la mujer, interpuso una reclamación en el establecimiento. Fue una forma con la que descargar su ira y frustración. Aquel documento no tenía más recorrido que el de llegar a una oficina de consumo pública. Hipotéticamente, podría iniciar un procedimiento administrativo, pero sería lento.
No es que esto pase todos los días, pero sí es un riesgo que debes tener presente, si procedes de esta manera.
Dejar las maletas en un bar o un restaurante.
Esta es una forma de actuar que tradicionalmente han utilizado los comerciantes que vendían productos físicos puerta a puerta. Llegaban a la localidad donde les tocaba trabajar ese día, tomaban un café en el bar y pedían al camarero el favor de que les guardara la caja con el género.
Se llevaban algunos productos para empezar a trabajar y cuando se les agotaban, volvían al bar a reponer. Los comerciantes podían aprovechar ese momento para tomar un café. Utilizarían el bar como centro de operaciones durante ese día. Por lo que es probable que comieran allí e hicieran los descansos que estimaran oportunos. Ese día, el comerciante se convertía en un cliente especial del establecimiento, con un nivel de gasto mayor que el de un cliente normal.
Hay viajeros que utilizan este sistema. Piden a un bar o a un restaurante que les guarden las maletas. Tenemos constancia de que en algunas zonas turísticas hay restaurantes que ofrecen este servicio.
Sin embargo, debes saber, que igual que puedes demandar este favor, el establecimiento puede negarse a prestártelo. Está en todo su derecho.
Un establecimiento de hostelería no es el sitio más adecuado para guardar el equipaje. El personal del negocio está inmerso en sus actividades laborales, por lo que no van a poner atención en proteger tus maletas. Lo normal es que las dejen en el almacén, allí puede pasar de todo. Desde que las maletas se manchen porque les ha caído accidentalmente algún líquido o hasta que se extravíen.
Comprendo a los hosteleros que se niegan a recoger maletas de sus clientes. Desde luego, es asumir una responsabilidad innecesaria.
Utiliza las taquillas.
En las estaciones de tren y de autobuses suele haber un área de consignas con taquillas que funcionan con monedas, en las que, por un precio razonable, puedes dejar allí tu equipaje durante todo el día.
Este es un sistema que con frecuencia he utilizado. Lo he hecho sobre todo cuando tenía que hacer trasbordos complicados. Es decir, el autobús llegaba a la ciudad de intercambio a las 8 de la mañana, pero el tren que me llevaba a mi destino no salía hasta las 2 de la tarde. Dejaba las maletas en una taquilla de la estación de autobuses y me daba una vuelta por la ciudad sin llevar conmigo el equipaje.
En una ocasión lo hice tras abandonar el hotel. Me alojé durante un fin de semana cerca de la estación de Atocha de Madrid. El billete de tren que me llevaba a Barcelona no salía hasta la tarde. Dejé las maletas en la consigna de la estación y disfruté de un apacible día en la ciudad.
Ahora, los servicios de consigna se han extendido fuera de las estaciones de transporte. Ignacio, un amigo que tengo en Alicante, me comenta que la empresa City Lockers Alicante tiene un bajo plagado de taquillas en una calle que hay entre el ayuntamiento y la playa del Postiguet. Es un local abierto, como puede ser una lavandería de autoservicio, solo que con taquillas de monedas como las que encuentras en las estaciones de transporte.
Los lockers, como se llaman estos establecimientos, se están extendiendo cada vez más por las ciudades más turísticas de todo el mundo. Un modelo de negocio privado que viene a solucionar un problema real, la guarda de equipajes.
Apóyate en las oficinas de turismo.
Igual que nos ha llegado la información anterior, hemos descubierto por internet una oficina de turismo en Lourdes (Francia) que tiene un servicio de taquillas para los peregrinos.
Por lo que hemos podido ver, en este caso, no se trata de una oficina pública, dependiente del gobierno francés, sino de un servicio privado. Un punto de atención al público desde el que se ofrecen servicios turísticos. Una ventanilla de un operador que gestiona desde allí la reserva de alojamientos o la inscripción en actividades turísticas en la zona. Desde luego, el turismo, hasta en los destinos religiosos, es un dinamizador económico.
Más allá de este dato curioso, lo cierto es que las oficinas de turismo te pueden informar sobre lockers y áreas de taquillas existentes en la zona. Lo más habitual es que dispongan de información sobre servicios públicos, las taquillas ubicadas en las estaciones de transporte u oficinas de correos habilitadas, pero también pueden manejar la de otros servicios privados. Es una forma de guardar tus maletas sin ir a ciegas. Puedes visitar la oficina de turismo un día o dos antes de tu partida.
El otro medio que tenemos para descubrir lugares en los que dejar las maletas es internet. Aquí, la información que vamos a obtener es diferente a la de las oficinas de turismo. Si las oficinas nos informan sobre consignas públicas, en internet lo que más se promocionan son los negocios privados. Aquí encontrarás lockers y directorios.
La razón es evidente. Estos negocios aprovechan la red para darse a conocer entre los clientes. Invierten en publicidad u optimizan el SEO de sus webs. Quizás estas alternativas privadas te puedan salir algo más caras que las consignas de las estaciones de transporte, pero tienen sus ventajas: vigilancia 24 horas, amplios horarios de acceso y posibilidad de reserva online.
De todos los medios que tienes para guardar tu equipaje, las taquillas son el más efectivo y seguro.