El alcoholismo generalmente se considera una dependencia crónica del alcohol. Se trata de un problema complejo que incluye componentes tanto físicos como psicológicos. El alcoholismo puede adoptar muchas formas, desde leves a graves, y tiene muchas causas, consecuencias y enfoques de tratamiento.
Este problema no es sólo una cuestión de consumo excesivo de alcohol. Las personas que sufren de alcoholismo pueden tener el síndrome de dependencia del alcohol, lo que significa que tienen una fuerte necesidad de beber, pierden el control sobre su consumo, continúan bebiendo a pesar de las consecuencias negativas y lo priorizan por sobre todo lo demás, incluidas otras necesidades y la calidad general de su vida. El alcoholismo puede afectar todos los aspectos de la existencia de un individuo, incluida su salud física, sus relaciones, su trabajo y su bienestar emocional.
Causas del alcoholismo
Hay muchos factores que pueden contribuir al desarrollo del alcoholismo. Algunas de estas causas incluyen:
- Genética: Algunos estudios sugieren que las personas que tienen familiares que sufren de alcoholismo tienen un mayor riesgo de desarrollar esta adicción.
- Medio ambiente: Crecer en un entorno donde el consumo de alcohol es común o se fomenta puede aumentar el riesgo de desarrollar dependencia del alcohol.
- Salud mental: Las personas con problemas de salud mental, como depresión o ansiedad, pueden ser más susceptibles al alcoholismo.
- Trauma: Experimentar eventos traumáticos puede llevar a un mayor consumo de alcohol como una forma de lidiar con el dolor o el estrés.
Es importante recordar que si bien existen factores de riesgo asociados con el alcoholismo, nadie es inmune. El alcoholismo puede afectar a cualquier persona, independientemente de su edad, género, raza o estado socioeconómico.
Etapas del alcoholismo
El desarrollo del alcoholismo se puede dividir en varias etapas, que pueden servir para comprender y reconocer mejor el problema:
- Fase de advertencia: En esta etapa, el individuo comienza a consumir alcohol con mayor frecuencia de lo habitual. Ocultar el consumo de alcohol o, por el contrario, justificarlo puede ser algo típico a partir de esta etapa. La sensación de necesidad de beber se hace más fuerte y la tolerancia al alcohol aumenta.
- Etapa intermedia: Al consumir alcohol, el cuerpo se vuelve gradualmente más tolerante y el peligro es que pronto requiera una mayor cantidad de alcohol para producir la misma sensación de relajación y buen humor. Las dosis diarias de alcohol aumentan y cada vez resulta más difícil dejarlo.
- Etapa avanzada: En esta etapa, la dependencia del alcohol es evidente y el individuo tiende a tener dificultades para dejar el consumo de alcohol sin experimentar síntomas de abstinencia físicos o psicológicos.
- Etapa final: Una persona que sufre de alcoholismo puede desarrollar graves problemas de salud, aislarse de su familia y amigos y enfrentar graves problemas psicológicos, incluida depresión o tendencias suicidas.
La coach en sobriedad para mujeres Sarah Callejo, dice: “También existen formas especializadas de ayuda para adictos, llamadas terapia motivacional. Al principio de esta terapia, el énfasis principal y único suele no centrarse en el alcoholismo, sino en algún problema asociado. Durante la terapia, se guía gradualmente al cliente para que comprenda mejor su problema de adicción y adquiera la fuerza necesaria para admitirlo plenamente”.
Bajo la guía del terapeuta, el paciente reconoce los círculos viciosos en los que se ha visto envuelto debido al alcoholismo y aprende a salir de ellos. Poco a poco, encuentra la motivación adecuada y eficaz para el cambio.
La adicción al alcohol suele ser detectada antes por quienes la rodean que por la propia persona alcohólica. Sin embargo, para que el tratamiento tenga éxito es importante reconocer primero el problema. Eso en sí mismo es el primer paso para estar dispuesto a iniciar el tratamiento y deshacerse de su problema con la bebida.
Consecuencias físicas del alcoholismo
El consumo de alcohol a largo plazo puede tener graves consecuencias para la salud física de una persona. Algunas de estas consecuencias incluyen enfermedades del hígado (incluyendo cirrosis hepática, hepatitis e insuficiencia hepática), problemas cardiovasculares ( mayor riesgo de presión arterial alta, enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares), daño cognitivo ( incluyendo problemas de memoria, concentración y otras funciones cognitivas), daño intestinal ( incluyendo gastritis, pancreatitis y cáncer de esófago) y trastornos inmunitarios ( que aumentan el riesgo de infecciones y enfermedades).
Desafortunadamente, las consecuencias físicas del alcoholismo pueden ser permanentes en muchos casos e incluso pueden conducir a la muerte. Cuanto antes actúe, menos riesgo habrá de que el daño sea realmente grave.
Consecuencias psicológicas del alcoholismo
Además de las consecuencias físicas, el alcoholismo puede provocar una serie de problemas psicológicos. Algunas de las consecuencias psicológicas más comunes incluyen:
- Depresión: Muchas personas que sufren de alcoholismo también tienen síntomas de depresión. En algunos casos, la depresión puede ser un precursor de la dependencia del alcohol, mientras que en otros puede ser el resultado del consumo prolongado de alcohol.
- Ansiedad: El alcoholismo puede causar o empeorar los síntomas de ansiedad.
- Psicosis: Algunas personas pueden experimentar alucinaciones o paranoia como resultado del consumo excesivo de alcohol.
- Deterioro cognitivo: incluye problemas con la memoria, la concentración y la toma de decisiones.
- Problemas de relación: Incluye conflictos con familiares, amigos y parejas causados por conductas relacionadas con el consumo de alcohol.
Tratamiento del alcoholismo
El tratamiento del alcoholismo es un proceso integral destinado a ayudar a las personas a superar la adicción al alcohol y lograr una recuperación a largo plazo. Este camino suele ser difícil y a menudo requiere una combinación de enfoques terapéuticos. Algunos de los métodos de tratamiento más comunes incluyen:
- Desintoxicación: El primer paso en el tratamiento del alcoholismo suele ser la desintoxicación, que es el proceso de eliminar el alcohol del cuerpo. Esto puede requerir supervisión médica debido a posibles síntomas de abstinencia.
- Psicoterapia: La terapia puede ayudar a las personas a comprender las causas de su adicción. También pretende identificar los factores desencadenantes y desarrollar formas de afrontar la tentación.
- Tratamiento farmacológico: Algunos medicamentos pueden ayudar a reducir los antojos de alcohol o tratar problemas de salud mental asociados. Los médicos pueden recetar disulfiram, naltrexona o acamprosato para tratar el alcoholismo. Incluso existen medicamentos de venta libre que ayudan a regenerar y desintoxicar el cuerpo después de beber.
- Terapia de grupo y apoyo: Grupos como Alcohólicos Anónimos pueden brindar apoyo y comprensión a las personas en el proceso de recuperación.
- Cambios en el estilo de vida: Uno de los aspectos clave del tratamiento son los cambios en el estilo de vida. Esto incluye evitar desencadenantes, como personas, lugares o situaciones asociadas con el consumo de alcohol, y encontrar actividades nuevas y más saludables.
Es importante recordar que el camino hacia la recuperación puede ser largo y puede requerir múltiples intentos para liberarse de la adicción. No es raro que el tratamiento falle en el primer intento. La clave del éxito es buscar y encontrar la combinación adecuada de enfoques de tratamiento y fuentes de apoyo.
Prevención del alcoholismo
Prevenir el alcoholismo es clave para prevenir sus impactos negativos en los individuos y la sociedad. Varias estrategias recomendadas incluyen educación ( informar al público sobre los riesgos asociados con el consumo excesivo de alcohol y la importancia de la moderación), programas ( desarrollar e implementar programas destinados a prevenir el consumo de alcohol entre los jóvenes), regulación ( restringir la publicidad del alcohol que pueda normalizar o alentar el consumo excesivo de alcohol) y acceso al tratamiento ( asegurar que los programas de tratamiento estén disponibles para quienes los necesitan).
Beber con seguridad
Si quieres consumir alcohol con moderación, debes beber lo más lentamente posible. Para garantizar que el alcohol se absorba en el torrente sanguíneo más lentamente, siempre debes comer antes de beber. El consumo también se puede reducir alternando bebidas alcohólicas con otras no alcohólicas. Es mejor no beber solo, pues es precisamente la lucha con el sentimiento de soledad lo que muchas veces nos lleva a beber más de lo habitual. Si no quieres beber, no deberías avergonzarte de decir que no. Y si sabes cuánto puedes tolerar, simplemente establece un límite y cúmplelo.
Conclusión
El alcoholismo es una enfermedad grave y compleja, tanto de naturaleza psicológica como física, que puede tener un profundo impacto en las personas y en sociedades enteras. Es importante reconocer los síntomas y aprender sobre las consecuencias del alcoholismo y estar al tanto de las opciones de tratamiento y apoyo. La prevención y la intervención temprana son claves para reducir el impacto del alcoholismo y ayudar a quienes padecen esta adicción.