Un párking es el aliado perfecto para comenzar un viaje con buen pie

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La pandemia marcó un antes y un después en todos los sentidos en el interior de nuestras fronteras. Recordemos que somos un país en el que el turismo es una actividad económica que ya se ha puesto a la cabeza en lo que tiene que ver con su facturación, ejerciendo además un impulso al PIB que está fuera de toda duda y que es fundamental para que la economía no se resquebraje. Cuando llegó el coronavirus a nuestras vidas allá por el mes de marzo de 2020, todos los planes de los que podíamos disponer en materia turística se disolvieron y eso generó una cantidad considerable de pérdidas a un sector que parecía verse abocado a la ruina.

Por suerte, poco a poco se fue recuperando la normalidad. En el verano de 2020 se consiguió terminar con el confinamiento y, aunque no se viajó demasiado, se sentaron las bases para que las cosas empezaran a cambiar. Ya en 2021, los datos mejoraron pero siguieron siendo bastante peores que los que se habían registrado durante el 2019, el último año de normalidad. Una normalidad que terminó llegando en un 2022 en el que cayeron las restricciones asociadas al coronavirus y en el que la gente, esta vez sí, recuperó las ganas de salir, de ir a los bares, de viajar y de todas aquellas actividades de ocio que eran características de un país como el nuestro.

Las cosas han seguido yendo a mejor desde entonces. Este 2023 hemos podido observar cómo mucha gente ha seguido viajando y cómo el consumo se ha recuperado en todos y cada uno de los sectores de actividad de nuestra economía. El tejido industrial se ha recuperado y, aunque ha seguido habiendo problemas económicos, sobre todo derivados de la guerra de Ucrania, la situación no es ni por asomo igual de dramática de lo que fue en marzo de 2020. Ya no tiene nada que ver con eso. De hecho, han sido muchos los puestos de trabajo que se han creado desde entonces y que han hecho posible que todas esas malas noticias acaecidas en 2020 ya hayan sido recuperadas al 100%.

El puente de diciembre que tuvimos hace algunos días ha sido uno de los momentos del año que han dejado claro que la recuperación es algo tan real como la vida misma. Según la página web de Hosteltur, se ha producido un récord de viajes durante este puente, con las reservas en máximos. Y es que hay muchas personas que han aprovechado esos cinco días para salir de su ciudad y rendir visita a otro lugar. Ni que decir tiene que estas son las cosas que hacen posible que el turismo en España tenga una potencia tan grande. Hasta en invierno tenemos la capacidad de movilizar a la gente. Para que luego digan que solo somos un país de sol y playa.

En otra información, el portal web de El Periódico informaba que el puente de diciembre ha puesto la guinda al año de la recuperación. Estaba previsto que la facturación del sector turístico se situara en un 30 o 35% por encima de la del año pasado, algo que también le haría superar los datos que se recogieron durante el 2019. Y así ha sido. La verdad es que ha sido la mejor manera de confirmar que la economía no está tan mal como la pintan y que, en España, seguimos teniendo muchas ganas de disfrutar de nuestras propias ciudades. La movilidad interior así nos lo ha hecho saber.

El número de desplazamientos ha sido muy grande y eso ha exigido a mucha gente una planificación pormenorizada. Cuando viajamos y sabemos que hay muchas personas que van a hacer lo propio al mismo tiempo que nosotros y nosotras, es más habitual que queramos preparar todo al detalle y que no se nos escape nada de nada. Puede ser muy estresante tener que enfrentarnos a un desplazamiento y que, por ejemplo, a la hora de dejar nuestro coche en una estación o un aeropuerto, no haya ninguna plaza de aparcamiento disponible. Aunque parezca mentira, estas situaciones ocurren. Y eso nos suele poner nerviosos y nerviosas al volante. Seguro que alguna vez os ha pasado.

La planificación es siempre la mejor manera de hacer que un viaje salga bien y de reducir las opciones de que haya algo que nos pueda sorprender. Y una de las mejores maneras de planificar es saber de antemano dónde vamos a dejar el coche. Esa es, según los y las profesionales de Tu Parking, entidad especializada en la comparación de parkings en estaciones y aeropuertos, la principal preocupación de las personas que van a coger un avión para desplazarse hasta su lugar de destino durante esta Navidad. Y no nos extraña para nada.

Planificar es sinónimo de tranquilidad en un viaje 

La experiencia de muchas personas indica que, cuando en un viaje se planifican las cosas, hay mayores posibilidades de que disfrutemos tanto como nos merecemos de ese viaje. Desde luego, no cabe la menor duda de que nos molesta que haya algo que pueda incomodarnos y que no hayamos esperado durante este momento tan especial, y siempre va a existir la posibilidad porque hay cosas que no podemos controlar, pero hay que tener en cuenta que planificando estamos reduciendo la posibilidad de que se produzcan contratiempos. No eliminando, sino reduciendo la posibilidad. Merece la pena intentarlo, ¿no os parece?

Todos y todas somos conscientes de que lo que estábamos comentando en el párrafo anterior es tan real como la vida misma. Y es por ello por lo que sabemos de la importancia que tiene invertir tiempo los días anteriores al inicio del viaje en planificar todas aquellas cosas que puedan suponer un problema y evitar que nos den quebraderos de cabeza de los que no queremos ni oír hablar. Está claro que, si vamos a coger un tren o un avión, es importante que tengamos la plaza de parking reservada en la estación correspondiente y no dejemos margen a la improvisación porque, de lo contrario, lo que puede ocurrir es que invirtamos demasiado tiempo en eso y lleguemos tarde al avión o al tren.

Un viaje se nos puede ir al traste por no saberlo planificar como realmente se debe hacer. Verse envuelto en una situación en la que no conseguimos aparcar nuestro coche en la estación o aeropuerto desde el que partimos puede provocar que nos veamos en una situación de estrés mucho más grande que la que podemos soportar cada día en nuestra oficina o fábrica. Y no nos queremos ir de vacaciones para eso ni mucho menos. Cuando hacemos un viaje de vacaciones, nuestra prioridad es descansar. No organizarse bien puede dar lugar no solo a que no descansemos, sino también a que volvamos mucho más cansados de lo que nos hemos ido. Y sería una verdadera lástima que la situación fuese esa.

La seguridad también es importante 

Uno de los aspectos de los que no habíamos hablado hasta ahora es el de la seguridad. Tener una reserva de parking hace posible que nuestro vehículo esté protegido de posibles actos vandálicos e incluso de las inclemencias del tiempo. Ambas cosas pueden dañar severamente nuestro vehículo y hacer que sea necesario una reparación en él que nos cueste un ojo de la cara a nosotros o a nuestro seguro (con el consiguiente aumento en el precio que nos van a reflejar en la siguiente letra). No cabe la menor duda de que la seguridad debe ser un aspecto básico en el cuidado de todo vehículo y que, cuando nos vayamos de viaje, cumpliremos con ella si lo dejamos en un parking.

Y no hablemos de lo importante que resulta la seguridad cuando nos referimos a la tranquilidad con la que conducimos hacia la estación o el aeropuerto desde el que parte nuestro viaje sabiendo que ya tenemos nuestra plaza de aparcamiento asegurada. Puede parecer una tontería, pero arriesgamos menos al volante cuando sabemos que tenemos esa plaza porque tenemos en cuenta que nadie nos la va a quitar. Si eso no lo tuviéramos claro, querríamos llegar con la máxima brevedad posible y eso haría que condujéramos más rápido y sin tanto control sobre nuestro vehículo, con los consiguientes peligros que eso conlleva tanto para nosotros mismos como para el resto de personas que circulan por la vía.

Si hacemos un viaje, que sea para disfrutar de él desde el mismo momento en el que empieza hasta el último, en el que acaba. Sin duda, es uno de los mejores consejos que os podemos dar. Y es que no hay nada mejor que poder disfrutar de los días de paz que nos deje el trabajo sin necesidad de que tengamos que estar preocupados por algo. No sería justa con nosotros una situación así. Pero nosotros tenemos que preocuparnos de todos los detalles que sean necesarios para conseguir que ese viaje sea lo más tranquilo posible y que no haya opción alguna para el que aparezca el estrés. Es el peor aliado que podemos tener.

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