El marisco es un producto delicatessen. Tenemos la suerte de que en España pescamos y cocinamos una amplia variedad de marisco de calidad. Te comentamos 10 de los mariscos más sabrosos que tenemos en nuestro país.
Cuando pensamos en darnos una comilona de verdad, nos inclinamos por comer un chuletón, un cochinillo al horno, una pata de cordero o una buena mariscada.
Eliseo Garrido nos cuenta que ahora se puede comprar marisco fresco por internet y darte un festín en casa sin necesidad de desplazarte a un restaurante. Hace poco se animó a comprar marisco online en Marisco Galego, una tienda online que vende marisco de Galicia, y se pegó una buena cena con sus amigos.
Para que veas la amplia variedad que tenemos, te presentamos aquí el decálogo de los mejores mariscos nacionales.
Percebe gallego.
Conocidos como los dedos del mar, el percebe es un crustáceo marino que crece pegado a las rocas batidas por un fuerte oleaje. Aunque podemos encontrar percebes en diferentes partes del litoral español, son los percebes de las rías gallegas que dan al océano Atlántico los más apreciados, debido a que son más grandes, jugosos y sabrosos.
El percebe tiene un periodo reproductor que comienza en marzo y termina en septiembre. Una larva de percebe tarda aproximadamente 6 meses en alcanzar el tamaño adecuado para su consumo: 25 mm de ancho y 4 centímetros de longitud. Los periodos del año en los que más se cosecha son Navidad, Semana Santa, julio y agosto, que coincide con los que más sube su cotización.
No es un producto excesivamente abundante. Además, se cosecha a mano, por trabajadores que literalmente se juegan la vida. Moviéndose entre acantilados escarpados en busca de bancales en los que crecen estos invertebrados.
La gamba blanca de Huelva.
La revista Men´s Health coloca a la gamba de Huelva en el segundo lugar de los mejores mariscos españoles debido a su alto valor nutricional. Es un crustáceo que tiene una proteína ligera de fácil absorción por parte del organismo y que aporta vitamina B, E, hierro, cinc, fósforo y calcio.
Habita en las costas del Atlántico a una profundidad de entre 180 y 450 metros, dentro de los suelos arenosos, frente a las costas de Huelva y el sur de Portugal. Se pesca mediante redes de arrastre y suele venderse fresca, sin congelar.
Se caracteriza por su sabor suave y por la ternura de su carne. La encontramos de diferentes tamaños. Las más grandes son indicadas para hacerlas a la plancha, mientras las más pequeñas son adecuadas para cocerlas o añadirlas en un arroz.
Carabineros de Alicante.
Frente a las costas de Alicante, a la altura de Santa Pola, existe un banco de peces bastante apreciado por los pescadores del litoral. Justamente, en esa zona, entre unos 500 y 2000 metros de profundidad vive este crustáceo marino, familiar directo de la gamba y el langostino, alimentándose de restos orgánicos.
Este marisco es de color rojo oscuro, cabeza alargada y puede llegar a medir hasta 30 centímetros. Hay quien lo confunde con el langostino moruno, debido a que tiene una apariencia similar, si bien este es más jugoso y su carne más tierna. Se cocina principalmente a la plancha.
Llama la atención que durante mucho tiempo fue un alimento habitual entre los pescadores pobres de Conil y Punta Tarifa, en la provincia de Cádiz. Debido a que era una captura que no tenía salida en el mercado. Hoy se trata de uno de los mariscos más apreciados de nuestro país.
La gamba roja de Palamós.
Si la gamba de Huelva es blanca, la del Mediterráneo es roja, destacando de entre ellas la gamba roja de Palamós. Su sabor es más dulce que el de otras gambas, su color rojo más brillante y su textura más firme.
La web catalana Fem Turisme destaca que esta gamba tiene fama internacional y cuenta con una certificación de origen protegido. La razón de que esta gamba es diferente se debe a las condiciones ambientales que se dan frente a la bahía de San Antoni, junto al municipio gerundense de Palamós. Un caladero de ambiente rocoso, aguas trasparentes y una rica biodiversidad.
Su pesca se encuentra bastante controlada. Efectuándose la mayor parte de las capturas entre los meses de mayo y julio, y reduciendo la pesca durante el resto del año para evitar su sobreexplotación.
El centollo gallego.
El centollo es un crustáceo de la familia de los cangrejos que se caracteriza por ser un animal migratorio que llega a recorrer distancias de hasta 180 kilómetros en 8 meses. Aunque también habita en el Mediterráneo, es más habitual encontrarlo en las costas occidentales del océano Atlántico.
Galicia es el tercer recolector del mundo de centollos, solo por detrás de las Islas Británicas y de Francia.
Parecido el buey de mar, el centollo es un animal algo más pequeño, con el caparazón más redondeado y las patas más largas y finas. También se diferencia del buey de mar porque su carne es más jugosa y sabrosa, mientras que la del buey tiende a ser seca y fibrosa.
Entre los centollos, tienen mejor sabor las hembras que los machos. Por lo general, el centollo se cuece en cocederos de marisco cuando está vivo y se consume frío.
Las vieiras.
Las vieiras son otro de los mariscos típicos de Galicia. Se trata de un molusco bivalvo, de la familia de las almejas, de gran tamaño. Su concha es popularmente conocida por ser la que llevaban colgada al cuello los peregrinos del Camino de Santiago.
Una de las características que tiene la vieira es que tiene un alto contenido de toxina A.S.P., una toxina amnésica paralizante. La Xunta de Galicia lleva un control exhaustivo sobre su recolección y solo permite recogerla cuando las aguas presentan un bajo nivel tóxico. Aun así, la viera no se vende fresca, se le limpian las vísceras y se congela, tras haber pasado estrictos controles sanitarios.
Las vieiras se pueden cocinar de muchas maneras. La receta más popular son las vieras a la gallega. Donde el bicho se mezcla dentro de su concha natural con un sofrito de cebolla, puerro, tomate y tacos de jamón, se recubre con pan rallado y se gratina en el horno.
El bogavante del cantábrico.
El bogavante es un crustáceo de tamaño grande, mide entre 20 y 60 cm de largo y pesa entre el medio kilo y los 4 Kg. Es un depredador que se alimenta de peces como el bacalao, el abadejo, el pulpo e incluso llega a practicar el canibalismo. Suele vivir en aguas templadas y frías. De hecho, lo podemos encontrar por buena parte del litoral español, si bien es frente a las costas del Cantábrico donde se pescan los especímenes más apreciados, tanto por el sabor de su carne como por su tamaño.
Tiene un caparazón duro y para comerlo es necesario cocerlo antes. Al meterlo en agua hirviendo se reaviva su color rojo y agrega al caldo de la cocción un sabor intenso, por lo que es adecuado para elaborar sopas y suquet. En nuestro país es popular el arroz con bogavante.
En ocasiones, los bogavantes pueden sufrir ciertas mutaciones genéticas, como los bogavantes azules, fruto de una excesiva producción de astaxantina o los bogavantes amarillos o anaranjados, que presentan una escasez de esta proteína.
El langostino tigre.
Es una variedad de langostino bastante apreciada que en nuestro país se halla en los deltas del Ebro y del Guadalquivir. En Andalucía se llega a propagar por las costas de Huelva. En el espacio que se crea entre San Lucar de Barrameda, donde desemboca el Guadalquivir, y Ayamonte, donde lo hace el Guadiana.
El langostino tigre de San Lúcar tiene un tono rosado, parduzco, con una cola tornasol. Se suele cocinar sobre todo a la plancha. Mientras el langostino de Vinaroz, en Castellón, próximo a la desembocadura del Ebro, es más marrón y con él se suelen hacer calderos y arroces.
El camarón de Cádiz.
El camarón es una gamba enana de agua dulce que se pesca en el delta del Guadalquivir. Se cuece con sal y se come con la cáscara entera. Es una fuente de proteínas. En Cádiz es habitual mezclarlos con harina de trigo y de garbanzos y freír la masa resultante en abundante aceite de oliva para cocinar las famosas tortitas de camarón.
Pulpo Gallego.
No podemos terminar este decálogo sin hacer una mención especial al mundialmente conocido pulpo gallego. Con él se elabora el Pulpo a Feira, uno de los platos insignes de la gastronomía española en general y de la gallega en particular.
El pulpo que se pesca en Galicia es de un tamaño superior al que se suele encontrar en las aguas del Mediterráneo. Para servirlo, se cuece en agua con sal y se trocea en rodajas, presentándolo sobre una cama de patatas cocidas cortadas al estilo panadero y aderezado con pimentón y aceite de oliva.
Comer marisco nacional es todo un placer, pero ten cuidado de no abusar demasiado, no te vaya a sentar mal.